Te dedicas al asesoramiento porque te gustan las empresas.
Conectar con los clientes surge en ti de forma natural y te encanta darles atención personalizada.
Pero te das cuenta de que no eres tú quien decide sobre tu agenda.
Muchos de tus clientes reclaman tu atención mucho más allá de lo que es razonable por el servicio que han contratado.
Has hecho sentir a tus clientes que son tu prioridad. Y les ha encantado.
Tu sientes que abusan y no sabes cómo frenarlo.
Has acabado adaptándote al horario de todo el mundo.
Te consuelas pensando que tus clientes están contentos con el servicio que les das.
Pero sientes que te están exprimiendo, que te has vuelto un esclavo del teléfono, e-mail, whatsapps…
Te preguntas si tus clientes son fieles sólo porque estás disponible siempre…
El precio que estas pagando es sacrificar vida personal.
Tener empatía con los clientes está muy bien.
Ser empático es lo que te permite inspirar confianza. En lugar de utilizar tu punto de vista, cuando hablas con un cliente te estás poniendo en su lugar para poder ayudarle mejor.
Los clientes lo notan y conectan contigo.
Pero conectar con su realidad y su contexto para poder interpretar lo que necesita no es gratis. Exige mucha energía y es agotador.
No dejes que tu empatía se convierta en un problema para tu negocio y para tu salud.
Conectar con las necesidades de los clientes no implica que sus prioridades pasen por delante de las de tu propio negocio.
No confundas la prestación de servicios de asesoramiento con el valor de tu tiempo y tu atención individualizada.
Toma conciencia de que hay clientes que valoran esa dedicación personalizada y hay otros que no.
No pierdas tu tiempo, tu energía y las oportunidades reales que tienes.
Yo también caí en la trampa de la empatía y perdí tiempo y energía.
Ahora ayudo a otros asesores y consultores a construir un sistema que convierta la empatía en su mejor activo.
Si quieres construir un sistema enfocado en clientes que valoran lo que tu experiencia puede aportarles para mejorar sus resultados, te animo a reservar una charla conmigo.
Te explicaré como puedes dar los primeros pasos para transformar tu negocio de asesoramiento.
¡Hablamos pronto!