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Pensar como un hacker

Esta semana estoy emocionada con la relectura del libro Humanocracy sobre management que se publicó hace un mes. Todos los que no hayáis estado en grandes organizaciones es posible que no entendáis mi entusiasmo.

La humanocracia pretende construir organizaciones donde se ponga a las personas en el centro y les permita utilizar todo su potencial y desarrollarse como personas y profesionales. Para ello, sus autores defienden que es necesario derrotar la forma de organizarnos que infantiliza a los empleados, refuerzan la conformidad y desalientan el emprendimiento.

Es necesario hackear la burocracia para poder destruirla.

Los autores parten de la premisa de que, para hackear la burocracia, hay que pensar como un hacker. He aprovechado su metodología para “hacerme el test” y tal como suponía “¡soy una hacker!”

Por si no lo sabéis, pensar como un hacker no es exclusivo de programadores.

Pensar como un hacker se basa en los siguientes cinco pilares:

1.- El mundo está lleno de problemas fascinantes por resolver. Las personas más capacitadas tienen un ADN emprendedor, y no suelen estar mucho tiempo en grandes organizaciones. A mí me convirtió en emprendedora una gran organización 😉

2.- Ningún problema debería resolverse dos veces. Pienso como hacker cuando creo que todas las empresas (de dimensión pyme o micro) deberían aprender a medir la salud de la monetización de su modelo de negocio para progresar sin necesidad de deuda. El contexto cambia muy rápido y necesitamos expandir el conocimiento mucho más allá de las Universidades y centros de formación. El conocimiento que resuelve problemas complejos debe transferirse de forma ágil a quien lo necesita.  

3.- El aburrimiento y el trabajo mecánico son el demonio. Pienso que lo que es automatizable debería ser automatizado. No deberíamos temer a la tecnología, teniendo todos los problemas que tenemos por resolver. La falta de trabajo no es el problema, sino la falta de conexión de las necesidades con quienes tienen la capacidad de resolverlos. 

4.- La libertad es buena. Es la falta de libertad lo que es nocivo para la creatividad de las personas. Necesitamos organizaciones que promuevan la autonomía y la proactividad. Sin ellas, no es posible la innovación.

5.- La actitud no puede sustituir a la habilidad. El buenismo es perjudicial para el progreso. Expresa un deseo, pero no afronta la realidad de que necesitamos poner todo el talento a trabajar duro en la solución de problemas.

Si quieres que te cuente cómo lo hacemos para ayudar a personas que dirigen empresas a monetizar mejor su modelo de negocio y conseguir resultados, estaré encantada de que podamos hablar en los próximos días.

Puedes reservar aquí las franjas horarias que tengo disponibles.

¡Hablamos pronto!