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«No sabemos qué nos pasa, y eso es lo que nos pasa»

Mónica dirige una asesoría desde hace años y llevaba meses desbordada de trabajo.

Ya no recuerda la última época “tranquila”.

Un día el estrés acumulado le dio un aviso serio y se asustó.

Fue al médico a que le hicieran unas analíticas y una revisión completa.

El médico la tranquilizó. Le dijo que todo estaba normal. Tras escuchar los síntomas que llevaron a Mónica hasta la consulta, le sugirió que bajara el ritmo de actividad, si no quería volver a poner al límite a su salud.

Mónica le escuchaba mientras se preguntaba cómo se suponía que iba a tener que hacerlo. No podía coger la baja porque tenía clientes que atender y decenas de temas que resolver que dependían de ella.

El médico seguía hablando y Mónica apenas le escuchaba, absorta en sus pensamientos de cómo poner en práctica lo que el médico le decía.

Le decía que bajara el ritmo. Ella lo intuía desde hacía tiempo, pero que no quería aceptarlo.

El médico no le estaba diciendo cuales eran las actividades que podía seguir haciendo y las que tenía que dejar de hacer.

No. El médico sólo le confirmó que tenía un problema.

El efecto inmediato fue que Mónica tomó conciencia de que tenía que cambiar.

 

Mónica acabó tomándose algunos días libres. Estuvo reflexionando sobre todos los problemas que tenía y que a la fuerza había tenido que aplazar.

Se dio cuenta de que tenía que organizarse de forma que su trabajo fuera compatible con su salud.

Descubrió que algunos de sus clientes también necesitaban a alguien que les dijera lo que el médico había hecho por ella: confirmarle que tenía un problema que debía resolver.

Mónica tenía clientes que no sabían muy bien qué les estaba pasando. Que luchaban por sobrevivir, trabajando mucho y consiguiendo más bien poca recompensa por su esfuerzo. Que no tenían herramientas adecuadas de gestión, que confundían su economía con la del negocio…

Pero ella no les decía que tenían un problema. No lo hacía porque no era su trabajo.

Su trabajo era darles soporte y asesoramiento en todos los aspectos de su contabilidad, temas fiscales, confección de nóminas, asesoramiento laboral… Sus servicios no incluían intervenir en la gestión del negocio de sus clientes.

Aunque tal vez ahora…

Tal vez era el momento para cambiar una parte del tiempo que dedicaba a tareas de poco valor, para dedicarlo a ayudar a unos pocos de sus clientes.

Mónica se entusiasmó por la conexión de ideas. Pensó en un par de clientes que le habían pedido socorro alguna vez y que se habían endeudado para compensar la caída de ingresos. Estaban en una situación en la que era posible que siguieran aumentando los riesgos…

A menos que alguien de su confianza pudiera ayudarles a darse cuenta y trazar un plan de acción.

Hizo un par de llamadas y descubrió ¡que su teoría era cierta!

  • Que tenía clientes que se sentían abrumados por la responsabilidad de defender su negocio en una situación de crisis
  • Que estaban deseando que Mónica les ayudara a interpretar sus cifras con una mirada externa y poder tomar mejores decisiones para su negocio.
  • Que hacía tiempo que pensaban que necesitaban esa ayuda y que estarían encantados de escuchar una nueva propuesta.
  • Que tenía toda su confianza.
  • Que sentían que nadie mejor que ella podía ayudarles

 

La revelación que tuvo Mónica la llevó a ponerse en acción para cambiar lo que hacía tiempo que no funcionaba. Dejó de sentirse atrapada por la angustia y puso su tiempo en valor ayudando a otras personas haciendo lo que más le gusta.

Mónica ha vuelto a sentir la ilusión de los comienzos. Ha recuperado su energía y le ha servido para organizar su agenda delegando las tareas en las que no es necesario que intervenga directamente. El reconocimiento que recibe por la ayuda que ofrece a sus clientes es la mejor recompensa. El reto que supone ayudarles es un estímulo constante y disfruta más que nunca de su trabajo.

Lo que hizo Mónica fue trabajar los dos elementos clave que producen resultados cuando asesoras a personas que viven de sus negocios.

¿Quieres saber cuáles son estos dos elementos?

He creado un training gratuito donde lo explico.

Antes de acabar, déjame decirte que si no quieres cambiar nada de tu negocio, lo siento, pero no voy a poder ayudarte.

En cambio, si estás deseando cambiar tu situación actual y también crees que los problemas no existen cuando pones el foco en las soluciones, espero poder hablar contigo en los próximos días.

Puedes darte de alta en el botón al final del post.

¡Nos vemos pronto!