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Multiplicar el tiempo

El tiempo es un recurso especial que es tozudamente limitado.

Desde que empezamos nuestra transformación digital, la sensación de que no tenemos tiempo suficiente para hacer todo lo que queremos hacer nos enfrenta al punto crítico.

Hacer todo lo que queremos hacer” supone hacer lo que ya estábamos haciendo y además hacer todo lo que todavía no hemos aprendido a hacer para construir el modelo del futuro.

En este contexto de transformación, pretender “gestionar el tiempo” es un error de enfoque.

La estrategia de organizar mejor el tiempo, que es el recurso más escaso del que disponemos, no es una buena estrategia.

No sólo tenemos que organizarnos mejor. Tenemos que multiplicar el tiempo.

Nuestra experiencia como financieros, nos hace tener muy presente la paradoja del Principio del Sacrificio. Conseguir un nuevo préstamo puede ser fácil. Lo que no es fácil es transformar un modelo de negocio para que sea capaz de devolverlo con la tesorería generada por los clientes.

“Las decisiones fáciles en el corto plazo provocan consecuencias complicadas en el largo plazo. Las decisiones difíciles en el corto plazo tienen las mejores consecuencias en el largo plazo.”

Sabemos que la gestión del tiempo no es un problema lógico y racional, sino emocional.

La parte más importante de la creación de tiempo es saber qué tareas debemos dejar de hacer. Dejar de hacer cosas es una decisión difícil, y nuestro cerebro consume mucha energía para tomarlas.

Necesitamos tener hábitos y rutinas saludables que nos ayuden a contrarrestar la paradoja del principio de sacrificio.

Para poder multiplicar el tiempo, tenemos que organizar nuestras tareas teniendo en cuenta no solo los parámetros de urgencia e importancia, sino también su significado a largo plazo.

De las tareas que hacemos, tenemos que preguntarnos durante cuánto tiempo van a ser o no relevantes. No podemos contestarnos esta pregunta sin saber cuál es el valor que estamos creando.

Para poder multiplicar nuestro tiempo hoy, el primer paso es la capacidad de visionar nuestro futuro.

Si seguimos pensando en cómo gestionar el tiempo considerando tan solo lo que podemos hacer hoy, no seremos capaces de crear más.

Si empezamos por visualizar el futuro que queremos, podemos elegir poner tiempo en nuestra agenda para crearlo.

Las decisiones más importantes que estamos tomando son qué tareas dejamos de hacer para crear valor en nuestro negocio.

¡Seguimos!