Como tantas otras cosas, la pandemia hizo posponer la formación de control de gestión que hacemos esta semana en la sede de Barcelona del Col·legi d’Economistes de Catalunya.
¡Tenía que haber sido en marzo!
El formato será el mismo de siempre: dos sesiones de cuatro horas con una mirada al pasado con la perspectiva de la experiencia y con una mirada puesta al futuro y en la transformación del rol del controller en la economía digital.
Lo que cambiará, seguro, serán las conversaciones que tendremos con las personas que asistirán. El concepto de control tiene que evolucionar. Es curioso hablar de control cuando vivimos en un entorno con tanta incertidumbre.
Personalmente, hace mucho tiempo que no me gusta el nombre de la función del controller. El control no se lleva bien con la economía digital. En cambio, me encanta la descripción de controller como la persona que ayuda a la dirección de la empresa a analizar el pasado, a gestionar el presente y a mejorar el futuro.
Es fascinante tomar conciencia de que el 90% de los datos almacenados en el mundo se han creado ¡en los últimos dos años! La tecnología digital y el volumen de datos de los que disponemos, han cambiado de forma radical las posibilidades del control de gestión y el rol del controller y su participación en la estrategia de la empresa.
Los datos son ahora la materia prima. Saber qué medir es ahora más importante que nunca.
Los departamentos deben trabajar como nodos de comunicación que colaboran. Disponen de datos que antes estaban en poder de una sola función. El controller debe ser más facilitador que controlador.
Dividir la empresa por áreas tal como hace un organigrama jerárquico debe evolucionar. Cada área debe entender como contribuye al valor final. La economía de los datos exige unos perfiles profesionales muy transversales que exigen nuevas capacidades.
Hablaremos de cómo utilizar la tecnología de forma efectiva. Antes de implementar la tecnología, tenemos que haber definido bien el problema que se quiere resolver.
El nuevo concepto diferenciador es el impulso de la cultura del dato. Las empresas que ya lo han incorporado, nos marcan el camino. Decidir en base al análisis y a la interpretación de los datos es el futuro, y hay unas pocas empresas que lo están liderando.
Como decía Drucker, como no podemos adivinar el futuro, podemos construirlo.
¡Seguimos!