Sabes que las capacidades técnicas son importantes.
Pero cuando llevas años de trayectoria profesional, no es lo que marca la diferencia.
Cuando buscas la excelencia como profesional, tienes que comprometerte también con logros que van más allá de ti mismo. Llámale vocación de servicio, ganas de ayudar, llámale como quieras.
Un profesor excelente no es el que enseña los conocimientos que tiene, sino el que lo pone todo para conseguir que sus alumnos aprendan.
Un actor excelente es aquel que se obsesiona con emocionar al público cuando sale a escena en cada función.
Una enfermera excelente es la que persigue incansable el objetivo de cuidar de sus pacientes.
Eres un buen profesional porque no has dejado de cultivar la vocación de servicio a lo largo de los años.
Podríamos decir que eres un buen profesional:
- Porque tienes visión, ya que sabes lo que quieres conseguir.
- Porque te relacionas de forma positiva con las personas, con tus clientes, las personas que trabajan contigo, los colegas de profesión, otros colaboradores…
- Porque tienes la capacidad de tomar las decisiones que te acerquen a esa visión y de resolver los problemas que te alejan de ella.
Esto no lo ha cambiado Internet ni la digitalización.
Lo que sí ha transformado Internet y la tecnología es que la trayectoria profesional ahora es poco previsible. Tienes que construirla hacia delante incorporando los cambios a medida que avanzas…
Los éxitos del pasado no te indican el camino hacia un futuro digital.
Por eso tienes que darte permiso.
Concretamente, tienes que darte permiso para hacer tres cosas.
1.- Permiso para tener éxito.
A lo largo del camino te has encontrado numerosos obstáculos para impulsar los cambios que encajan mejor con tu potencial y que te han hecho llegar donde estás hoy.
Ahora, pensar en quedarte tal y como estás no le hace ningún favor a nadie, especialmente a ti mismo.
Recuerda que no hay una sola forma de conseguir una visión.
Solo existe la forma que encaja bien para ti, en tu caso.
Date permiso para pensar de forma independiente, a pesar del ruido que hay ahí afuera.
Date permiso para empezar, aunque en este momento sientas que no estás completamente preparado para ello.
2.- Permiso para equivocarte
Ser imperfecto es ser humano.
Un error no es un fracaso.
En lugar de culparte cuando algo no sale bien, piensa mejor que lo hiciste lo mejor que supiste con la información y los recursos que tenías en aquel momento.
¡Si! ¡Ya sé que es más fácil de decir que de hacer!
Cambia tu actitud hacia la experimentación y admite los errores como oportunidades de aprendizaje.
3.- Permiso para ser quién eres
Acepta quien eres y como eres en este momento, en lugar de culparte por no estar todavía en el lugar en el que querrías estar.
“Tenemos éxito porque de algún modo conseguimos el coraje de hacer algo sin pedir permiso”.
No lo digo yo. Lo dice el empresario Seth Godin.
Si eres de los valientes que se dan permiso y te atreves a pensar en grande, te invito a que reserves una sesión estratégica conmigo. Te ayudaré a concretar la visión del futuro que deseas y a crear un plan personalizado para avanzar hacia la transformación de tu negocio de asesoramiento.
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¡Hablamos pronto!