Eres asesor porque siempre te han gustado las empresas.
Conectar con los clientes surge en ti de forma natural y te encanta darles atención personalizada.
Pero últimamente te das cuenta de que no eres tú quien decide sobre tu agenda.
Has hecho sentir a tus clientes que son tu prioridad, así que muchos reclaman tu atención mucho más allá de lo que es razonable por el servicio que han contratado.
Acabas adaptándote al horario de todo el mundo y vives siempre pendiente de la última petición no prevista.
Haces un horario “flexible” que sólo lo es para estirar tu jornada.
Te consuelas pensando que tus clientes están contentos con el servicio que les das.
Pero sientes que te están exprimiendo, que te has vuelto un esclavo del teléfono, e-mail, whatsapps…
El problema no es que trabajes tantas horas.
Es que sientes que no hay recompensa para todo lo que estás sacrificando de tu vida personal.
Tener empatía con los clientes está muy bien. Es un factor clave para impulsar y crecer tu negocio de asesoramiento.
Ser empático es lo que te permite inspirar confianza. En lugar de utilizar tu punto de vista, cuando hablas con un cliente te estás poniendo en su lugar para poder ayudarle mejor.
Los clientes lo notan y conectan contigo.
Lo cierto es que dedicas mucha energía para salir constantemente de tu realidad y de tu contexto para poder conectar con la suya para poder interpretar lo que siente y ver lo que necesita.
¡Es agotador!
No dejes que tu empatía se convierta en un problema para tu negocio y para tu salud.
Conectar con las necesidades de los clientes no implica que sus prioridades pasen por delante de las de tu propio negocio.
¿Eres consciente de que hay clientes que valoran esa atención personalizada y hay otros que no?
No confundas la prestación de servicios de asesoramiento con el valor de tu tiempo y tu atención individualizada.
No pierdas tu tiempo, tu energía y las oportunidades reales que tienes.
Yo también caí en la trampa de la empatía.
Ahora ayudo a otros asesores a que puedan evitar que la empatía sea una trampa y puedan crear un sistema que la convierta en su mejor activo.
El ingrediente básico para empezar esta transformación es la confianza que inspiras a tus clientes.
Si quieres construir un sistema enfocado en clientes que valoran lo que tu experiencia puede aportarles para mejorar sus resultados, te animo a reservar una charla conmigo. Te explicaré como puedes dar los primeros pasos hacia la transformación de tu negocio.
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