Dicen los expertos que las mujeres recibimos peores remuneraciones en todos los sectores. También cuando emprendemos en nuestro propio negocio.
No es tan sólo una cuestión de género.
Uno de los problemas por los que se produce la llamada brecha económica de género es porque las mujeres tendemos a rebajar nuestras expectativas sobre lo que podemos conseguir.
La idea de reclamar más dinero entra en conflicto con la idea que tenemos de feminidad.
Así, cuando una mujer tiene éxito rompe con el estereotipo femenino.
Los hombres competentes y ambiciosos son felicitados, pero las mujeres competentes y ambiciosas son percibidas como avasalladoras y agresivas.
Es una trampa para muchas mujeres.
Si no damos nuestro punto de vista, o si no reclamamos nuestros derechos, pasamos desapercibidas.
Si lo damos, o si mostramos una mayor ambición y mayores expectativas, somos “castigadas” de algún modo.
Las investigaciones muestran que lo que muchas veces parece diferencia de género es una falta de poder disfrazada.
La buena noticia es que podemos ampliar nuestro circulo de influencia, ampliando el rango de comportamiento “aceptable”.
Cuando nos falta el poder, tenemos menos libertad de acción.
Cuando tenemos poder y alcance, tenemos más margen de maniobra en cómo comportarnos.
La buena noticia es que nuestros límites no son fijos, sino que son variables y podemos trabajar sobre ellos.
Hay una situación en la que las mujeres obtenemos los mismos resultados que los hombres y somos igual de ambiciosas que ellos:
¡Ayudando a otras personas!
Ayudar a otros amplia de forma extraordinaria el poder que te otorgas.
Cuando ayudamos a otras personas, podemos descubrir nuestra propia voz y ampliar de forma contundente nuestro rango de comportamiento aceptable.
Cuando intercedemos por otros, las mujeres descubrimos nuestros propios límites, los expandimos en nuestra mente y nos volvemos más decididas.
Y también negociamos de forma excelente.
Ampliando nuestra influencia, podemos ayudar mejor a nuestros clientes a conseguir sus objetivos:
- Porque sienten que tenemos las competencias para ayudarles a conseguir resultados
- Porque vemos sus problemas desde su perspectiva (¡empatía!)
- Porque confían en que somos las personas adecuadas para ayudarles
Ampliamos nuestro círculo de influencia cuando mostramos a otras personas opciones para mejorar que por sí solas no habrían visto.
Creamos valor en la economía digital cuando ampliamos nuestro círculo de influencia, construyendo confianza y expandiendo nuestra credibilidad.
¡Seguimos!