Has probado mil cosas que no acaban de funcionar.
No sabes explicar exactamente lo que pasa.
Hay semanas que parece que se acaba el mundo… y cada vez más a menudo.
Sois buenos, tenéis clientes y pedidos, pero las tensiones de tesorería son constantes.
La deuda no para de crecer y hay que devolverla.
Entran proyectos, pero no salen a la velocidad que deberían.
Tomar decisiones ante la incertidumbre consume mucha energía.
Te preocupa que pasaría con tu familia caso de que sufrieras un accidente.
Todos los que dirigimos una empresa (sea el tamaño que sea) corremos el riesgo de padecer el síndrome de “no tengo suficiente información”
Déjame que te cuente que estás cerca de poder responder a este problema y que puedas dejar de consumir tanta energía en algo que tiene solución.